Un espacio de lectura y reflexión sobre Gestión Empresarial y Liderazgo. Y si quieres todavía más… todos los JUEVES a las 16:20 (GMT+1), en CAPITAL RADIO, mi sección "QUIERO SER UN BUEN JEFE"
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Me explicaba un colega que vive la mitad del año en un país centro-europeo y la otra mitad en España, que encargó aquí un mueble para su piso. Tiene preferencia por el color blanco, le gustan los espacios diáfanos y el blanco los resalta con una luz especial. El día que vinieron a traerle el mueble observó con incredulidad que era de color beige. Le dijo al montador que él no había pedido ese color, a lo que aquél le respondió, tras echar un vistazo a las paredes y demás complementos, que el beige conjuntaba muy bien con ese espacio. Insistió en continuar montando el mueble, a lo que mi amigo se negó. Y, para su sorpresa, el montador se molestó y se marchó del piso de malas maneras, haciendo comentarios sarcásticos sobre el empecinamiento de mi amigo en poner un mueble blanco.
Me dijo como final de su historia: ‘Trabajar mal es una falta de respeto para el cliente, y lamentablemente este ejemplo no es el único de características similares que he vivido en este país; siento decirte que os merecéis lo que os ocurre’.
Se refería, por supuesto, a las dificultades con que España está afrontando y tendrá que afrontar la terrible crisis económica que nos ha azotado y cuyos efectos nos seguirán azotando durante bastante tiempo.
¿Por qué trabajamos mal? Por supuesto que hay excepciones, como en todo. Y todos pasamos por proyectos y épocas en que estamos más motivados para hacer las cosas bien que en otros. Pero en términos generales coincido con mi amigo en que la cultura de la chapuza está muy extendida aquí.
Por una parte tenemos el capítulo de las ‘EXCUSAS’:
– ‘Para lo que me pagan…’: mucho me temo que aunque te pagaran el doble trabajarías igual de mal; porque es una cuestión de actitud, no de salario.
– ‘No me pagan para pensar’: curiosa esta frase; cuando se han recibido instrucciones del jefe en ese sentido, el mediocre es él mismo; pero cuando la dice el trabajador por iniciativa propia, debe ser que en su lugar de trabajo disponen de taquillas a la entrada para guardar el cerebro hasta la salida.
– ‘Este cliente es muy exigente’: sí, por supuesto. Es una cualidad del cliente, bienvenido al mundo real. Probablemente el montador del mueble de mi amigo pensaba así.
Por otra parte tenemos el capítulo de las ‘VERDADERAS RAZONES’:
– ‘EXIGE UN ESFUERZO QUE NO ESTOY DISPUESTO A HACER’: efectivamente, trabajar bien exige esfuerzo; y estudiar exige esfuerzo, y educar a nuestros hijos exige esfuerzo, y nuestros clientes exigen esfuerzo. Así que, si piensas así, no saldremos nunca de la mediocridad. Piensa cómo te gustaría a ti que hicieran o acabaran un trabajo contratado por ti. Te acabas de poner en la piel del cliente. Eso es precisamente lo que tu cliente quiere: lo mismo que quieres tú.
– ‘ESTOY DESMOTIVADO’: comprendo bien este sentimiento; yo he sido mediocre en etapas de desmotivación. Se puede estar desmotivado algo de tiempo; pero no se puede estar desmotivado todo el tiempo. Busca tu salida, no te acostumbres a tu desmotivación. Lucha por ello hasta que llegue un día en que suene el despertador y te sientas con la energía suficiente para abordar ese nuevo día.
– ‘NO SÉ HACERLO MEJOR’: eres muy honesto si lo reconoces. Quizás padeces el Principio de Peter, quizás has ascendido hasta tu nivel de incompetencia. O quizás no te has formado bien para realizar tu trabajo. Te sugiero que lo hables con tu empresa. Pero con humildad. Recuerda que tú y solo tú eres el responsable de tu propia formación como profesional o como jefe.
Luchemos contra nuestra mediocridad.
Bienvenidos a un futuro mejor!
Daniel Sánchez Reina
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me ha encantado el articulo, coincido en todo.
gracias
Gracias. Espero que dentro de unos años tenga que escribir otro rectificando lo que he dicho en éste.
yo seria un poco mas duro y diria que hay 2 grupos de personas, los valientes y los cobardes, para los valientes todo es desafio, hacen las cosas con frio con calor con o sin estimulos, no nacieron super eroes, simplemente saben que la vida es accion y que si te cruzas de brazos la vida te pasa por encima. El otro, el grupo de los cobardes, forman un consorcio donde se retroalimente la cobardia, donde todo se quede en quejas y no en proyectos, donde reine la dezason, el pesimismo y pulule sobre todo la ganas de no hacer nada. En argentina hay una provincia que esta en el centro de argentina, es Cordoba, ahi se hizo muy famoso un dicho cordobes que en sentido jocoso dice «non calentarum, largum vivirum». Obvio que lo crearon para el grupo 2 sus autores. Un cordial saludo y excelentisima nota Daniel.
Gracias, Carlos. Veo que la influencia latina nos iguala, hasta en lo peor, a un lado y otro del Atlántico.