LIDERAGORA.net | El blog de Daniel Sánchez Reina

Un espacio de lectura y reflexión sobre Gestión Empresarial y Liderazgo. Y si quieres todavía más… todos los JUEVES a las 16:20 (GMT+1), en CAPITAL RADIO, mi sección "QUIERO SER UN BUEN JEFE"

MEDIOCRIDAD VI: Falta de Ambición

Mediocridad VI

Si prefieres verlo en vídeo, clica aquí o sobre la imagen

Me pregunto si la falta de ambición que detecto a mi alrededor obedece a una realidad o simplemente a que nos da vergüenza admitir que somos ambiciosos.

He llegado a  la conclusión de que efectivamente nos falta ambición. DESPERTEMOS!  Sólo a través de la Ambición se puede aspirar a la Excelencia. Sé que mis argumentos van a levantar ampollas y a molestar a algunas personas, pero siento la necesidad de decirlo.

En términos generales, a los 20 y a los 30 años la máxima aspiración laboral es la de ser funcionario; a los 40, marcar en el calendario los días festivos y los que hay fútbol, para poder organizar nuestra agenda entorno a ellos; a los 50, buscar la fórmula para poder prejubilarnos.

La más preocupante de estas etapas es la de los 20 y los 30, porque marca las sucesivas décadas como una huella indeleble. Recuerdo una anécdota en la que un profesor universitario preguntó a sus alumnos de primer curso que cuántos de ellos aspiraban a ser funcionarios. El 90% del aula alzó el brazo. El profesor, estupefacto, afirmó: ‘Entonces no entiendo qué hacen ustedes aquí’.

En definitiva, nuestra realidad sociológica es la de una población ‘afuncionariada’. Utilizo el término en su acepción popular, sin menosprecio alguno a los muchos y buenos funcionarios que existen. Por tanto, y siempre hablando en términos generales de población, buscamos acomodarnos con un salario medio o medio bajo, donde nadie nos exija trabajar por la excelencia, donde no estemos obligados a mantenernos formados ni al día, donde no tengamos que rendir cuentas por trabajar bien o menos bien, y donde sea extremadamente difícil que nos despidan por muy mal que lo hagamos.

Esta realidad refleja una mayoritaria FALTA DE AMBICIÓN.

La ambición está mal vista en las sociedades mediterráneas. Bien al contrario, en las anglosajonas está mal vista su ausencia,  hasta el punto de que nadie querrá contratar a alguien que afirme que no es ambicioso. ‘Alguien que no demuestre ambición no va a luchar por convertir mi empresa en la mejor,’ piensan ellos acertadamente.

Dejémonos de pudores y de falsas apariencias: la ambición no solamente es deseable, sino que es necesaria. Seamos ambiciosos y proclamémoslo! Solo desde la Ambición es posible aspirar a la Excelencia.

Pensemos en todo aquello que hoy existe gracias a que hubo y hay personas ambiciosas. ¿Qué es lo que convierte a un deportista de élite en lo que es? Su ambición; si careciese de ella no buscaría superarse y alcanzar cada vez metas más elevadas. ¿Por qué existen los avances médicos? Porque grandes investigadores han dedicado su vida a mejorar la salud; da igual si lo hacían por vanidad o por amor al ser humano; ambos reflejan una ambición por mejorar. ¿Por qué podemos gozar de fantásticas obras literarias, cinematográficas o musicales? Porque los artistas ambicionan hacer algo especial, pasar a la posteridad, hacer algo que llegue al corazón o a la razón de su público. ¿Por qué las empresas desarrollan nuevos y mejores productos y servicios? Porque ambicionan ser mejores que su competencia y vender más. Y todos salimos beneficiados de ello.

La ambición es el motor de la evolución social, política y económica. Reivindico su praxis responsable, con juego limpio. Nada que ver con su falta de límites o su uso irresponsable, corrupto o despótico. Respetemos la regla básica de la convivencia, aquélla que afirma que mi libertad acaba donde comienza la del otro. Desde ahí, seamos ambiciosos y no tengamos pudor en reconocerlo.

Te propongo que te inocules el virus de la AMBICIÓN profesional siguiendo estos sencillos pasos:

–          Si te encuentras razonablemente bien en tu empresa, fíjate en tu trabajo del día a día y entabla una conversación contigo mismo que comience así: ‘QUIERO SER EL MEJOR EN…’. Tiene que ser algo relacionado con lo que hagas. Recuerda que no sirve decirte cosas del estilo ‘Quiero ganar mucho dinero’ porque eso es una consecuencia; se trata de que busques lo que te puede conducir a ello.

–          Cuando tengas la ocasión, recuérdale a tus amigos, colegas y conocidos cuál es tu Ambición. VERBALIZARLO con los demás aumentará tu sentido de compromiso con respecto a tu objetivo.

–          Y ahora lo más difícil: comienza a DEMOSTRARLO DESDE HOY. No desde mañana por la mañana cuando te despiertes. Desde ahora mismo, después de cerrar esta ventana.

Luchemos contra nuestra mediocridad.

Bienvenidos a un futuro mejor!

Daniel Sánchez Reina

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11 comentarios el “MEDIOCRIDAD VI: Falta de Ambición

  1. Josep Serra
    diciembre 6, 2013

    Daniel, he empezado a leer el artículo pero no he podido terminar de leerlo en su totalidad, porque me bombardeaba de ideas que iban golpeando mi cerebro, acerca de la ambición española, que como tú dices es pequeña y yo digo, menos mal que es pequeña y mala.

    Todas las noticias que nos dan sobre corrupciones, mentiras, etc. Todas están basadas en la falta de ética y valores. Me parece que fue ayer o antes de ayer que oí a un ex-político mallorquín declarar delante del juez que él tenía la conciencia tranquila. Cómo puede decir ésto si no tiene conoce la conciencia ni la ética?.

    Hacienda haciendo favoritismos a la Casa Real para no imputar a la Infanta, tenemos una justicia partidista en que no todos somos iguales, en que las lista de espera de la S.S. no son las mismas para los españoles de a pie y para los políticos, etc, etc.

    Para tener Ambición hemos de tener Ilusión y con un panorama como el nuestro nos costará. Los líderes no dan ejemplo y son los primeros que lo tendrían que dar, tenemos un Estado de las Autonomías insostenible, duplicaciones de cargos públicos. Si no arreglamos ésto cómo podemos mejorar en Ambiciones Sanas?

    Saludos

    • Daniel Sánchez Reina
      diciembre 6, 2013

      Hola Josep.
      Ambición mal entendida y nociva. Ésa es la que describes. No la llamaría Ambición sino Corrupción, que es su hija perversa. Abogo por la Ambición que hace grandes las cosas y las personas, aunque en la mayoría de ocasiones provenga del individualismo. Porque al fin y al cabo seremos los demás quienes le demos categoría de avance o de inutilidad, beneficiándonos de ella o desechándola. Gracias por tu comentario, como siempre.

      • Josep Serra
        diciembre 6, 2013

        Claro Daniel, la ambición perversa es de la que vamos sobrados, y estamos deficientes de la buena ambición, de la ambición que nos hace crecer internamente, no economicamente.

        Saludos

    • Jordi
      diciembre 9, 2013

      Hola a todos,

      Estoy de acuerdo con el comentario de Josep, y también con el de Daniel. Por ello, pienso, o mejor dicho: quiero pensar (aunque a veces me cueste) que si tenemos ambición (de la «bien entendida», claro) la corrupción que está por encima terminará explotando y desapareciendo.

      Sé que es una idea un tanto ingenua, pero quiero crearla. Por eso, tengamos ambición de la buena que actue como un geiser impulsado a la corrupción de los de arriba.

      Buen artículo Daniel…

      • Daniel Sánchez Reina
        diciembre 9, 2013

        Gracias por tu comentario, Jordi.
        Así lo creo yo también!

      • josepserracots
        diciembre 9, 2013

        Jordi, la ambición siempre es bien recibida y siempre que se pueda hay que ponerla en práctica. Hacia referencia al entorno en general.

        Para reducir o eliminar la corrupción hay que atacarla desde otro frente, que es la educación en todo su trayecto.

        Nos han enseñado que si no eres rico no eres nadie y ésto hay que enterrarlo. Tenemos que tener lo necesario para ser felices, todo lo demás no es necesario. Tenemos que saber que todo lo que tengamos de más otros lo tienen de menos.

        Saludos.

      • Jordi
        diciembre 10, 2013

        Hola Josep (y resto de seguidores),

        Estoy también de acuerdo contigo en que la educación ayuda a eliminar la corrupción. Pero cuando he querido decir que tenemos que «empujar hacia arriba la corrupción con nuestra ambición», me refería al momento presente.

        Creo que la educación sirve para hacer mejores a las generaciones posteriores, pero lamentablemente, a las actuales que esten corruptas, la educación no les sirve… simplemente porque no quieren reeducarse (existen algunas notables excepciones, sobretodo si ha habido un suceso traumático en la vida de alguien corrupto).

        Por lo tanto, para mi (aunque no sea una regla 100% exacta, creo que en la mayoría de los casos):

        * Eduquemos sabiamente para que las futuras generaciones sean ambiciosas pero no corruptas.
        * Seamos ambiciosos ahora para que la corrupción actual desaparezca.

        Un saludo…

      • josepserracots
        diciembre 10, 2013

        Y que Dios te oiga!!!!

        Estos corruptos ya vienen de familia y tradición de cuando aún no había llegado la democracia.

        Desaprender a veces es duro.

    • Santiago Barrero
      diciembre 13, 2013

      La ambición siempre es buena si está limitada -y sólo y únicamente limitada- por los valores adaptativos. Creer por dentro, por fuera, por arriba, por abajo, por la hipotenusa, económicamente, en belleza, en fuerza, en inteligencia, en felicidad, en capacidad de amar al próximo como a uno mismo… es una obligación adaptativa. Pero amar al próximo como a uno mismo no implica dejarle ganar cuando podemos ganar nosotros, sino animarle a que nos gane aunque normalmente pierda.

      Para eso estamos aquí, para dejar a las futuras generaciones un mundo algo mejor que el que recibimos, y en ello estamos, al menos algunos de los que no necesitamos crecer por dentro porque ya hemos madurado y queremos crecer económicamente sin pisotear la moral adaptativa.

  2. josepserracots
    noviembre 2, 2014

    En la actualidad hay personas de 50 años que en lugar de pensar en su jubilación, que los puede haber, piensan en poder encontrar un trabajo para vivir ahora no de aquí 15 años que ya se verá lo que pasará.

    Según el Sr. Punset en tiempo de crisis se aparcan a las personas maduras con experiencia y se da preferencia a la juventud. Somo animales de costumbres, algunos claro.

    Saludos

  3. Daniel Sánchez Reina
    noviembre 2, 2014

    Gracias por tu comentario, Josep

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Esta entrada fue publicada el diciembre 5, 2013 por en Uncategorized.

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